Mis pesares son
insignificantes
Para ser comparados
con tu despedida…
Podría yacer y
decirme que todo está bien
Que no existe
tristeza ni melancolía,
Pero me engañaría a
mí mismo.
Tu partida me ha
dejado roto,
Y aunque intento
mantener la compostura,
Me es imposible al
ver como tu alma se va de entre mis manos.
Como humo en viento
de invierno,
Es blanco, pálido y
se eleva fuera mi alcance.
Mi mente no
coordina lo que ha pasado,
Desgarro mi alma al
caminar por las calles,
Completamente
desolado
Me siento tan solo.
Eras tú la musa que
inspiraba mi sueño y mi despertar
Pero ahora que te
he perdido
Todo se ha vuelto
inverosímil
El sol no sale para
mi hoy.
Solías acariciar mi
rostro cada mañana
Con una deliciosa
fragancia
Que provenía de tu
largo cabello.
Solías decirme que
cada día que pasaba era especial,
Porque juntos
estábamos,
Cuando me veías con
tus ojos entre cerrados
Y lentamente nos
besábamos
Anhelo más que
nunca recorrer tu inocente cuerpo,
Tus suaves curvas y
llenarme de tu esencia,
Aunque sea por una
última vez...
Ahora mis lágrimas
caen en tus pálidos labios,
Mi corazón se
ha detenido al igual que el tuyo.
Me percato de que
el muerto soy yo
Porque tú vives
dentro mi mente
Y yo vago por esta
vida
Como cuerpo
sin alma.
De esta manera,
amor mío,
He decidido unirme
contigo en la eternidad,
Donde no seas
arrebatada de mi lado
Y pueda disfrutar
de tu sonrisa una vez más.
Porque una vida sin
ti... no es vida.
L.C. & M.S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario